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Archive for the ‘tecnología’ Category

Motivación y productividad

28 diciembre, 2010 2 comentarios

Para poder incrementar tu productividad necesitas un motivo. Su ausencia es, precisamente, la causa que provoca tantos intentos frustrados.

Cuando un individuo se inscribe en alguno de los distintos programas para incrementar su productividad, la primera pregunta que escucha es:
– ¿Para qué quieres incrementar tu productividad en la gestión de …?

Los puntos suspensivos se refieren al área o tema que ha elegido; por ejemplo, gestión de reuniones, correo-e, delegación, acciones, procrastinación, etc.

La colección de respuestas es variada, aunque como ya te imaginas la ‘namber uán’ es:
– Para no salir tan tarde.

Otra vez el paradigma de la gestión del tiempo…

Esa fue la respuesta que eligió Julián, el director de Informática de una multinacional inglesa, que como premio escuchó la misma pregunta, sólo que reconstruida incluyendo las mismas palabras de su respuesta:
– ¿Para qué quieres no salir tan tarde?
– Pues para llegar antes a casa. Casi nunca llego antes de las ocho y media.

El paradigma actúa como una lapa: el tiempo, la hora, el reloj… ¿Por qué esa obcecación con el tiempo?

Julián se ha ganado otra pregunta más:
– ¿Y para qué quieres llegar antes a casa. Para qué antes de las ocho y media…?

Julián mira al preguntador inquisitivamente porque no comprende a dónde conduce tanta repetición y, finalmente, responde:
– Pues para estar con mi familia.
¡Por fin! ¡Ya ha soltado la lapa!
Pero aún no es suficiente. Así que recibe otra más:
– ¿Y para qué quieres estar con tu familia?

Cuando escucha esta pregunta, Julián parece experimentar sentimientos de extrañeza y desconcierto. Por un lado el preguntador se está poniendo pesadito con tanto “para qué”. Y, por otro lado, esos “para qué” le empiezan a incomodar, porque le enfrentan a encontrar una respuesta que siente como comprometida y, en cualquier caso, bastante diferente a la que dio hace menos de un minuto: “para salir antes”.

Julián, ahora, hace una pausa, clava su vista en la mesa mientras piensa durante un momento y responde:
– Pues… porque quiero compartir una parte de mi vida con las personas que más quiero; mi pareja, mis dos hijos, mis padres…

Julián suspira hondamente, creyendo que su motivo está más claro que el agua.

Aunque es cierto que se está acercando, también lo es que aún no ha llegado. Así que recibe una nueva pregunta, pero esta vez introduciendo un qué en lugar del para qué:
– ¿Y qué significa, concretamente, compartir tu vida con…?

Julián fija de nuevo su mirada en el mismo punto, ahora lo ve claro y responde:
– Bañar a mi hija pequeña; jugar un rato con el mayor, que ya ha cumplido tres años; dedicarles a ellos y a mi pareja mi atención completa para disfrutar cuando estoy con ellos, porque ahora no estoy al 100% por culpa del móvil, el correo-e y los asuntos laborales que no consigo desconectar… Y también quiero incluir en esta lista la recuperación de mis aficiones que he aparcado hace tanto… la fotografía y el aeromodelismo. Y además quiero recuperar los partidos de tenis de los jueves con mis amigos, que también me sirven para mantenerme un poco más en forma, y…

Fijar objetivos
Existen unas cuantas razones por las que las personas no consiguen sus objetivos.

La primera es porque no llegan a fijarse el objetivo. Lo que llaman objetivo no es sino un deseo. La principal diferencia entre ambos es la voluntad o determinación en conseguirlo. Un deseo es algo que te gustaría que ocurriese y suena a un regalo, mientras que un objetivo es algo que tú vas a hacer que ocurra.

La segunda es la falta de motivación. Es necesario un motivo o elemento movilizador para poner en marcha tu voluntad y determinación. Los objetivos siempre tienen un coste que tienes que pagar y para romper la inercia necesitas el impulso de tu motivo. La claridad e intensidad del motivo son predictores de tu éxito.

Cuando Julián revisa la evolución de sus respuestas a la simple pregunta “¿para qué quieres …?”, comprende el diferente poder movilizador que ha generado con la última.

Yo le llamo “pregunta láser” a la técnica de repetir la misma pregunta construida sobre la respuesta anterior. Es como un láser que permite profundizar hasta alcanzar la motivación raíz. En este caso la del objetivo.

Acción recomendada
Establece, ahora mismo, un objetivo o revisa uno que ya tengas y con cuyo progreso no estés satisfecho. Escríbelo.

Aplica la técnica de la pregunta láser y escribe las respuestas que vayan saliendo.

Observa si la claridad y el efecto movilizador aumenta.
“La mente es el límite. Mientras tu mente pueda imaginar que puedes hacer una cosa, podrás hacerla realidad, siempre que la creas al 100%”. – Arnold Schwarzenegger

Lenguaje, puntos FUERTES y DÉBILES – Píldoras de Productividad Personal (PPPs)

2 diciembre, 2010 Deja un comentario

A estas alturas puede que seas un firme creyente en que el lenguaje nunca es inocente. Lo que dices, la forma en que lo dices y delante de quien lo dices, influye poderosamente en los resultados que estás consiguiendo.

Así que parece muy conveniente que observes continuamente tu lenguaje para eliminar los hábitos negativos y sustituirlos por otros más efectivos.

Acción
Cuando te escuches realizando afirmaciones como: “no se me da nada bien rebatir objeciones…” o “que mal gestiono las reuniones de mi equipo…”, date un cachete y después introduce un pequeño y sutil cambio; utiliza la forma verbal pretérito imperfecto. Si se te ha olvidado la conjugación de verbos te echaré una mano.

Cuando te refieras a tus habilidades o atributos “débiles” exprésate con un: “no se me daba nada bien rebatir objeciones…” o “que mal gestionaba las reuniones de mi equipo”. El simple hecho de “desplazar” al pasado esas debilidades, abre de par en par las puertas al cambio. Ahora es posible. Al principio no te lo creerás pero con la repetición terminarás creyéndolo. Y cuando lo creas te resultará más fácil dar el paso que ahora te parece imposible, la determinación de hacer algo efectivo al respecto.

¿Y qué hacer con tus puntos fuertes? Utiliza el presente de indicativo, incluso para esas fortalezas en desarrollo o latentes. El uso del presente tiene el efecto positivo de alentarte en tu esfuerzo para conseguir que tu afirmación se haga realidad.

El desarrollo de tus habilidades y capacidades impacta directamente en tu productividad.

El móvil puede apagarse – Píldoras de Productividad Personal (PPP’s)

18 octubre, 2010 Deja un comentario

En este post les invito a conocer los mayores descubrimientos del Siglo XXI…en Productividad Personal. En esta ocasión hablaré del móvil y sobre cómo, en algunas ocasiones, se convierte en una barrera para incrementar nuestra productividad profesional.


En esta serie revisamos algunos de los descubrimientos que están cambiando el mundo… o casi.
A las 7:00, nada más despertarse, Pascual supo que aquel día marcaría un antes y un después en su vida.

El gran descubrimiento empezó a fraguarse. Ese día decidió hacer algo distinto, una prueba. No encendió su móvil al salir de la ducha como era su costumbre. Así que desayunó con tranquilidad, conversando con su esposa y concentrándose por primera en lo que ingería y cómo lo hacía.

Condujo disfrutando la suave y relajante música de Coldplay… sin interrupciones.
Una vez hubo aparcado conectó su móvil. Dos mensajes. Su jefe y un colaborador. Mientras se dirigía a su despacho resolvió el primero.

Mientras conectaba su ordenador para echar un vistazo a la agenda del día, contestó el segundo.
Siempre ‘agendaba’ la tarea más importante para el inicio de la jornada, cuando más energía tenía. La de hoy era preparar el primer borrador del Plan de Formación en base a las líneas estratégicas aprobadas. Había reservado una hora y media, hasta las diez. En ese momento volvió a hacer algo extraordinario, desactivó su móvil y el fijo, manteniendo las funciones de recepción de mensajes.

A las diez terminó su tarea y sintió una gran satisfacción al comprobar la cantidad y calidad del trabajo que había realizado. Reflexionó sobre el nivel de concentración que había mantenido, gracias a haber eliminado las fuentes de interrupción y le costó recordar la última vez que vivió una experiencia similar.

Empleó un cuarto de hora en escuchar los 9 mensajes recibidos y en responder 4. Decidió no contestar las otras 5 llamadas. Se felicitó por haber evitado 9 interrupciones.

A las 10:30 tenía reunión con su equipo. Decidió procesar correo-e hasta entonces.

La reunión empezó en punto, como era habitual, pero aquel día instruyó a sus colaboradores para apagar los móviles durante la misma. Las miradas de sorpresa e incredulidad sólo desaparecieron cuando les explicó el para qué. No así la intranquilidad que percibía en sus colaboradores, extrañados todavía por la aventurada y arriesgada decisión de su jefe.

Una hora después dio por terminada la reunión y pidió a sus colaboradores una ronda de feedback sobre los niveles de concentración e involucración que habían observado en ellos mismos y en los demás. También acerca de los resultados conseguidos en la reunión y la calidad de los mismos. Escuchó los datos y hechos que demostraban gran satisfacción.

Al salir todos conectaron sus móviles. Camino de su despacho paró en el dispensador de agua. Elena, su colega jefa de compras, también se acercó con la misma intención, Pascual le preguntó por su hija que ayer se encontraba con fuertes jaquecas. Mientras mantenía esta conversación, sonó su móvil. Como si fuera una costumbre bien arraigada desatendió la llamada, manteniendo su atención en la conversación con Elena. Ésta, sorprendida, le hizo un gesto como invitándole a contestar la llamada. La respuesta de Pascual la dejó asombrada primero y reflexiva más tarde: “ahora estoy contigo, Elena, y no pienso romper este momento por no se qué ni quién”. Un minuto después, cuando se despidieron, Pascual revisó el mensaje.

Aquel día Pascual siguió practicando ese nuevo comportamiento y cuando terminó la jornada, se sentó en su despacho durante 5 minutos para repasar el impacto que ese gran descubrimiento había tenido en su día. La evaluación fue muy positiva por lo que decidió repetirla al día siguiente.

Puedes dormir lo que necesitas – Píldoras de Productividad Personal (PPP’s)

17 septiembre, 2010 1 comentario

En esta nueva píldora de productividad personal revisamos algunos de los descubrimientos que están cambiando el mundo… o casi.

Si eres como la gran mayoría no estás durmiendo lo que necesitas. Si has elegido repetidamente dormir menos de lo que necesitas, habrás construido un hábito generador de varias consecuencias negativas. La que aquí nos importa es la disminución de tu productividad.

Más específicamente, lo que has reducido es tu capacidad o umbral productivo. Si en una escala de 1-10, tu productividad actual para una determinada tarea es 6, por ejemplo, significa que podría aumentar a 7 u 8 sólo con modificar tu hábito y dormir lo necesario.

¿Por qué no duermes lo que necesitas?
Una de las respuestas más frecuentes es “porque no tengo tiempo suficiente y prefiero dormir menos pero hacer tal cosa”.

De nuevo la clave de este problema es la falta de consciencia. Generalmente el individuo desconoce en qué medida la falta crónica de descanso nocturno afecta a su productividad. La atención es un recurso limitado. El nivel y la calidad de la atención que puedes dedicar a cada una de las acciones que realizas es función de tu nivel de energía.

Si fueras más consciente dormirías lo necesario y con el incremento de tu capacidad productiva serías capaz de completar antes y con más calidad tus tareas. Es decir, no necesitarías alargar tanto tu jornada laboral. Salir antes te permitiría hacer esas otras cosas que quieres hacer sin tener que reducir las horas de sueño.

Otro beneficio de haber recuperado tu energía a través del descanso nocturno es terminar tu jornada laboral con la reserva energética suficiente para afrontar con placer las actividades de tu agenda personal. En el caso contrario el agotamiento y la extensión de la jornada laboral pueden hacerte desistir de planificar y disfrutar una agenda personal. Recuerda que sin equilibrio laboral/personal no hay productividad sostenible.

Acción
1. Establece las horas a las que te vas a acostar y a despertar, asegurando que ese período es el que necesitas.
2. Organiza tu agenda respetando ese horario.
3. Si la TV es una amenaza, graba los programas que deseas para verlos en otro momento oportuno.
4. Decide, ahora mismo, hacer una prueba. Solamente durante esta semana.
5. Observa y escribe los beneficios que dormir lo que necesitas te está reportando y mide el incremento de tu productividad, es decir, de tus resultados.
6. Evalúa y decide continuar otra semana o volver a la situación anterior.
7. Repite la acción anterior.

Recuerda, la clave para desbloquear todo tu potencial está dentro de ti. Está en el poder de tu mente, tu visión y tu compromiso.